Nacida bajo la sombra de "Los Simpson", "Futurama" ha crecido con un carácter mucho más gamberro, distanciándose de su hermana mayor. Sus primeros episodios demostraban un carácter crítico y un humor adulto e imaginativo que se alejaba de los convencionalismos de la animación.

Todo en "Futurama" rebosa cariño y carisma. Los personajes han sido creados con un tratamiento psicológico exquisito, demostrando una complejidad que los aleja de cualquier estereotipo plano -pero jugando al mismo tiempo con los estereotipos-. Y es que en realidad la serie -ambientada en el año 3000- es una simple traslación de nuestra era a un futuro lejano, todo con un gran ansia de convertirnos en parodia al mismo tiempo que se nos critica. Por lo tanto será muy corriente ver referencias al ecologismo, la religión -y la ciencia como nueva religión-, ciertas ideologías políticas, la inmigración o la esclavitud.

Por otra parte los argumentos adquieren mucho peso gracias a elaboradas historias que suelen ir ligadas estrechamente con el género de aventuras. La imaginativa trama permite poner de manifiesto un montón de ideas, teniendo un mundo de posibilidades muy amplio y que, todavía hoy, podría seguir siendo explotado. Muestra de ello ha sido la invención de diferentes lenguajes que aparecen durante la serie, así como los teoremas matemáticos y alguna teoría "científica". La explicación de esto la encontramos muy relacionada con la preparación del grupo de guionistas, y es que entre todos ellos suman 50 años académicos en Harvard.

Pero lejos de quedarse ahí la serie también se adentra por otras caminos, buscando el dramatismo con capítulos que nos han sacado más de una lágrima. Y es que "Futurama" nunca ha dejado de ser una serie especial, a pesar de los años.