Es una película para que nunca pasará de moda: la vieron mis padres, la vi yo, y con toda seguridad la verán también mis hijos, porque vayas donde vayas su nombre es conocido; tal vez no es una película excelente, pero tuvo un éxito arrollador y gustó a todo el mundo, sobre todo a adolescentes. Lo mejor de todo es que, a pesar de ser una historia de amor, no es empalagosa, sino que es más bien luchadora, incontrolable y rebelde; y describe el cambio de la protagonista, de niña buena e inocente a bailarina sensual e incitante, pero sin caer en la vulgaridad y conservando siempre el ingrediente principal de toda la película: el baile.

Personalmente, creo que todas estas películas de hoy en día sobre baile, desde "High School Musical", hasta "Step Up", obtienen su ideología de películas como esta y musicales antiguos, esperando obtener el mismo éxito que obtuvieron éstas en sus días (y a veces lo consiguen).
¿La diferencia? Que lo original siempre es mejor.