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Spain Spain · Ad Petrum, Madrid
astimegoesby rating:
6
Language of the review:
  • es
December 13, 2013
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Fernando Vizcaíno Casas fue un hombre incómodo para la transición. Sus libros, siempre con Planeta, siempre con grandes tiradas y varias reimpresiones, tenían un éxito enorme porque sabía traducir en historias muy sencillas, divertidas y llenas de ironía la desconfianza ante el cambio del español medio, lo que se llamó el “franquismo sociológico”.

Vizcaíno Casas era un conservador puro que recelaba de cualquier cambio, que maliciaba que la política era un “quítate tú para ponerme yo”, y que la transición era un gran baile de disfraces, como cualquier otra transición en la historia de España. A eso añadía un candoroso y sincero afecto por los idealistas derrotados que dentro del régimen habían visto a los pragmáticos y aprovechados hacerse con el poder, los cargos, y sus prebendas.

Viendo esta película, que por otra parte resume con enorme acierto la evolución política del franquismo, todos identificamos las actitudes rastreras de los jugadores de ventaja que han poblado Madrid desde que Felipe II trasladó a la villa del Manzanares la capital del reino. Bajo espesas capas de pintura rancia, y de un maniqueismo un poco tierno, hay una espléndida historia que toca el tuétano de la mediocridad española a través de la cristalización de uno de sus personajes eternos y simbólicos: el trepa.

Manuel Vivar de Alda en España ha habido siempre. En cada oficina, en cada sindicato, en cada escalera de vecinos, hay al menos uno. Y en el Congreso, casi todos.
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