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Sao Tome and Principe Sao Tome and Principe · Villacanicas del Hoyo
McCunninghum rating:
7
Western. Adventure The murder of her father sends a teenage tomboy, Mattie Ross (Kim Darby), on a mission of "justice", which involves avenging her father's death. She recruits a tough old marshal, "Rooster" Cogburn (John Wayne), because he has "grit", and a reputation of getting the job done. The two are joined by a Texas Ranger, LaBoeuf (Glen Campbell), who is looking for the same man (Jeff Corey) for a separate murder in Texas. Their odyssey takes them ... [+]
Language of the review:
  • es
February 12, 2011
8 of 19 users found this review helpful
La obra de los hermanos díscolos de Jolibú, epítome y paradigma durante lustrosos lustros de la independencia cinematográfica norteamericana –al menos para la Gran Crítica que no sabe nada de Mekas ni del AFA-, se ha caracterizado siempre por desenvolverse entre las categorías de la reescritura y el palimpsesto, la mímesis y el remake. Y si bien en los 90 produjeron títulos que ya son clásicos para la nueva cinefilia (Barton Fink (91), Fargo (96), El gran Lebowski (98)), la primera década del siglo hipermoderno mostró la pérdida de fuelle de la pareja, con contadas excepciones (casos de El hombre que no estuvo allí (01) o No es país para viejos (07): el resto de sus filmes evidenciaba un cansancio que pronto pareció hacerse programático. Los Coen se convirtieron, recreación tras recreación (de la screwball comedy a la comedia inglesa de los cincuenta), en una forma estilizada y repetitiva, que había perdido la negritud que los definía, la distante ironía, para quedarse sólo con la parte típicamente oligofrénica de su filmografía: aquella que realiza la radiografía de la estulticia, la etnografía de lo estólido.
Recreación, reproducción, remake. Repetición. Todo aquello que recoge el prefijo re- se considera, según los antropólogos y críticos de la sociedad más requetemodernos, el “espacio basura”. Es el vertedero cultural del espectáculo que se reproduce a sí mismo, dicen los que han leído a Debord y Baudrillard, quedando liquidificados. La Modernidad Remake, en la cual, sin el mito de lo nuevo, sólo queda el Mito. Al que hay que pergeñarse, y llenar.
Si algún género responde claramente al mecanismo de la mitificación (dado que Jolibú es la fábrica de los sueños igualmente que la industria de los mitos), ése es el western. Desde el primer rollo de película que narraba el atraco del tren de Edwin S. Porter a los clásicos de Ford, Hawks, Mann, Daves o Boetticher, el género western ha ejercicido como fundamental prótesis del origen para el imaginario norteamericano. Pueblo infantil sin historia, se sirvió del Cine para construirse una, haciendo de ella toda una tradición visual (lo nunca visto). De ahí que sea quizás el género más codificado y, al tiempo, el menos universal, el más propiamente yanqui.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details. View all
McCunninghum
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