El siempre punzante y polémico Jia Zhang Ke nos relata la China actual a partir de cuatro relatos protagonizados por diferentes personajes, de diferentes zonas y formas de vida a partir de una extraordinaria fotografía y de una rabia contenida en la atmósfera que tendrá explosión en el final de cada relato sorprendiendo y desesperanzando totalmente al espectador.

Una película extremadamente fría, no accesible para todo espectador, desesperanzadora y necesariamente crítica con el imperio asiático y su situación actual, entre el más férreo comunismo y el más bestial capitalismo.

Unos relatos que pecan de excesiva duración (no todos) y, aunque todos tienen una misma intención e incluso nexos de unión algunos relatos captan más la atención que otros aún sabiendo que podemos hablar de una cinta unificada en su excelente forma visual y en la construcción. Una película casi lírica, llena de sutiles relaciones entre ser y naturaleza y contundentemente crítica con el gigante asiático.