Uno de los directores más prolíficos y trabajadores del cine USA, Steven Soderbergh, nos deja otra cinta que sigue demostrando su habilidad funcional ante cualquier género.

Esta vez es la acción con un tono de Serie B, buscando evocar al cine de los años 60 y 70, a lo que la banda sonora ayuda. Este tono es algo superficial y no es lo más destacable de esta cinta ya que el punto que la convierte en una cinta más que interesante es el gran pulso de Soderbergh y su dominio del lenguaje cinematográfico, sobre todo en la puesta en escena y en el montaje, lo cual nos deja unas escenas realmente vibrantes y con mucho brío y clase.

Se trata de un título que no destacará en la abundante filmografía del director americano pero que marca una diferencia junto al resto de películas de acción mucho más efectistas del cine actual, público a la que va dirigida y eso hará que se trate de un proyecto que el público valorará o detestará.

La revelación Gina Carano se come en la pantalla al resto de superestrellas masculinas que plagan la cinta, desde Fassbender a Douglas llegando hasta Banderas, demostrando ser muy eficaz para la acción. Y la participación del gran número de actores que participan demuestran el respeto y admiración que se le tiene a Soderbergh en el gremio.

Una cinta de acción con pulso y tacto que se desmarca del resto de títulos actuales. Muy interesante y recomendable.