El pretexto argumental es el empeño del mexicano Nacho Jurado por devolver la tranquilidad habitual al Café Español de México, donde trabaja y que se ha llenado de republicanos exiliados. El camarero llega a la conclusión de que la única forma de recuperar la normalidad es asesinar a Franco para que los exiliados puedan regresar a España, idea que utilizan los autores del documental para revisar los intentos fallidos de matar al Caudillo. El director José Ramón da Cruz llegó a calificar su documental de "homenaje a todos los que decidieron luchar para acabar con la dictadura, una fábula cinematográfica que muestra la lucha de héroes románticos".

En definitiva, estamos ante un fábula que pretende transformar la débil, ridícula y chapucera resistencia que hubo (de 'Mortadelo y Filemón') en una resistencia digna cuando no lo fue. La burda manipulación la hace muy recomendable para frustrados y resentidos con la dictadura. El masivo apoyo del pueblo español a su figura y a su Régimen patriótico, unido a la cobardia extrema de sus opositores, le hicieron esperar tranquilamente la muerte biológica. Si vive 20 años más, el Régimen dura 20 años más, eso no lo discute ningún historiador del mundo.