No es fácil saber a que te vas a enfrentar cuando comienzas películas como esta. Si ser muy partidario de llevar este arte al surrealismo, he disfrutado con películas que juegan con personajes fantásticos en mundos reales, con situaciones incoherentes en momentos vulgares. Esta es una de esas películas.
Cuando se es capaz de combinar la fantasía con la vida cotidiana, sin llegar al absurdo, podemos hablar de pequeñas joyas del celuloide, que de vez en cuando llegan a nuestras vidas.
Tengo una pelea interior, por descubrir que es ser un buen actor. Pero si una buena actuación, es aquella en la que los personajes son capaces de interpretar, sin que nos pongamos a elucubrar que hacen o de que están hablando los personajes. Tenemos ante nosotros un buen ejemplo.

En mi reflexión final; son cosas como estás las que enriquecen la vida que tanto nos cuesta digerir. Demasiada realidad, no siempre es bueno.