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Spain Spain · Alcazar
widmark rating:
3
Comedy When it appears as though the end is in sight, the pilots, flight crew, and passengers of a plane heading from Madrid to Mexico City look to forget the anguish of the moment and face the greatest danger, which we carry within ourselves.
Language of the review:
  • es
March 10, 2013
11 of 20 users found this review helpful
Las luces se apagan. El Deseo presenta: Los amantes pasajeros. Los títulos de crédito aparecen bailando al ritmo de la versionada bagatela de Beethoven, "Para Elisa", que Los Destellos se han encargado de destrozar para la ocasión. La película comienza. Vemos expectantes cómo Antonio Banderas y Penélope Cruz hacen el papel que el director manchego les ha regalado para la ocasión. Me sorprende el habla de Antonio Banderas con un puntualizado acento andaluz que resulta demasiado forzado. Penélope parece algo perdida, no termina de ubicarse y además no soy capaz de entenderla ¿Por qué narices tienen que hablar en andaluz? Tanto bombo para nada. Nuestros dos actores más internacionales hacen una aparición como si de dos estrellas fugaces se tratase, sin aportar lo más mínimo, y sin resquicio alguno de originalidad en sus papeles. Me quedo indiferente y decepcionado. Primera oportunidad para encandilarme desaprovechada, una lástima.

El trío de azafatas despierta mi interés. Carlos Areces me hace reír por su aire de reprimido y su latente candidez, creo que es el personaje más logrado junto a un Javier Cámara que también me gusta, resulta graciosa su inoportuna sinceridad. El trío lo cierra Raúl Arévalo, que como siempre está perfecto en su interpretación, pero ha de lidiar con un personaje al que el guión deja de lado y no saca todo el provecho que se merece. Me quedo con ese sinsabor. La segunda oportunidad de encandilarme también está perdida. El trío de azafatas no llena mis expectativas.

Conocemos al resto de los pasajeros. Cecilia Roth interpreta a una especie de escort despechada que es considerada una estrella en su país, y que por lo que cuenta, parece conocer los secretos más ocultos de las instituciones políticas más importantes del mundo. Sinceramente este habitante del avión me aburre y me resulta, en ocasiones, demasiado histriónico. También nos encontramos a una pareja que pasa el 90% del viaje durmiendo. Esto es lo más interesante que puedo decir de ellos. Miguel Angel Silvestre y Laya Martí son los entregados actores que los interpretan. Para no extenderme demasiado diré que también se nos presentan un asesino a sueldo que busca redimirse de su último encargo, un empresario estafador que se ve en una situación límite y busca desesperadamente reencontrarse con su hija, una especie de Casanova barato que protagoniza, supuestamente, uno de los momentos de mayor romanticismo de la película, pero que, en mi opinión, tiene un romanticismo equiparable al de un libro de recetas de cocina. Todos estos personajes a los que me acabo de referir están interpretados por María Yazpik, Jose Luis Torrijo y Guillermo Toledo respectivamente, enormemente entregados en sus interpretaciones (no podía ser de otra manera). Por último, la perla, la que se lleva el honor de ser el personaje más absurdo de todos los pasajeros de ese avión, es una especie de monja con poderes mentales que se muere por sentir un pene dentro de ella que interpreta la pobre Lola Dueñas, devota de Almodóvar. Nos hace una interpretación muy digna, y esta sí que si, se entrega en cuerpo y alma a la causa.

Para terminar también me quiero referir a los dos pilotos (Gays) del avión, Hugo Silva, interpreta a uno de esos pilotos y he de decir que su personaje sólo sirve para que el director manchego se jacte de defender la homosexualidad y sus numerosas ventajas con respecto a otras tendencias sexuales. El otro piloto, interpretado por Antonio de la Torre, es más de lo mismo, solo que sin gracia.

Referirme a Blanca Suarez y Paz Vega sería perder el tiempo.

Aquí Almodóvar tampoco logra encandilarme. Suspenso con nota.

Lo único que salva ligeramente la película es, como ya dije antes, ese trío alocado de azafatas que nos regalan momentos hilarantes. Si la película hubiese explorado mas en cada una de “ellas” hubiese ganado mucho, pero desgraciadamente Almodóvar opta por meter mas y mas personajes que saturan la película y que vagan sin rumbo por un avión en el que todo es caos desde el comienzo.

Me alegra que sea catalogada como una película menor del director manchego porque, sinceramente, cuanto más quede en el olvido, más fácil será que Almodóvar mantenga su honorabilidad en los estratos más altos del cine internacional.
widmark
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