A veces las mejores historias son las más simples, sin necesidad de que haya de por medio efectos especiales, tiroteos ni nada por el estilo. Tan solo la vida de un chico que está entrando en la adolescencia y lo que ello trae consigo: curiosidad por el sexo opuesto con sus respectivas frases (¿por qué el hombre primero besa y luego empuja a la mujer cuando están enamorados?). Meterse en líos. Hacer multitud de preguntas. Mirar al profesor como si fuera un semidios por saberlo absolutamente todo. O incluso empezar a tener conciencia y saber lo que está bien y lo que está mal.

Y Moncho no es muy diferente de cualquier chico a esa edad, me encanta cómo mira a su profesor como si fuera la sabiduría en persona, y con el que entablará una relación especial, no de alumno-profesor sino de amigos. Personaje (el profesor) que Fernando Fernán-Gómez interpreta de forma ejemplar, como un grande del cine español que es. Prueba de ello es que su papel, un profesor republicano sin apenas carácter nos lo creemos desde un principio cuando él tiene un carácter muy fuerte como todo el mundo sabe.

A parte de la historia, el atrezzo y vestuario es de sobresaliente, creí por un momento que la cinta se rodó por aquella época, pero solo por un momento. Como curiosidad, decir que en la cinta sale Eduardo Gómez, que interpretaba al padre de Emilio en "Aquí no hay quien viva", sale varias veces con un papel bastante modesto.