Los críticos de la movida siempre dicen que la movida duró mucho más de lo que tenía que haber durado. Y ya estamos en 1988 y joder, el espíritu transgresor intacto, como en Pepi, Luci y Bom y coño, Alfredo Landa que aparte de macho ibérico, ahora se adhiere a la movida más transgresora. Solo para ver ese collage, ya merece la pena ver esa peli, eso sí, absténganse puritanos. A ver, si nos fijamos en el argumento, la peli puede ser una mierda... Pero yo qué sé, las aventuras de Landa en ese decadente Barcelona de los 80, ya merece una visualización, aunque sea por morbo... Y con la banda sonora a cargo de Sabina. Lo que está claro que ese espíritu transgresor de esa época ya está sepultado y en cierta medida, supongo que será lo lógico.