Siendo 'El taxi de los conflictos', de unos seis años atrás, una película tan multitudinaria, no me atrevería a afirmar, por desconocerlo, si codirigiéndola Mariano Ozores tuvo la oportunidad de coincidir con ella o es aquí donde cumple la asignatura pendiente de trabajar con Carmen Sevilla en la etapa última de su carrera interpretativa (en el cine). Pero no sería así con un habituado Jose Luís López Vázquez que se sabe al dedillo las leyes de la comedia bajo las que bordaría con oro su nombre en el oficio del histrión pervertidillo.
La censura está diluyéndose (si es que no lo había hecho ya del todo) y camina a la par junto a la voluntad no disimulada presente en sus manguerazos de crítica social a la doble moralidad y la represión sexual -en aquel tiempo aún monopolizada por la ideología de corte conservador- una generosa y predecible proliferancia del chiste grueso y de las astracanadas eróticofestivas que son pronosticables en la sociedad creativa establecida entre Mariano Ozores y el dramaturgo Juan José Alonso Millán -guionista también en el cine de la obra catedralicia del Landismo: 'No desearás al vecino del quinto'-.
El triángulo es sencillo: El marido sátiro (Jose Luís López Vázquez), la esposa convaleciente (Queta Claver) y la cuidadora (Carmen Sevilla) que trastoca la vida del primero.... o ése es el prolegómeno, claro.
Y la criada (Florinda Chico) fisgando con la mirada torcida mientras la parejita retoza en la "intimidad".
¿Españolada?? Coño, pues sí, aunque tal vez sería improcedente negar esa honrosa condición a cualquier trabajo de un autor que aupó a la categoría de arte semejante palabro.
Puede que recorrer toda la filmografía (desde la transición) del cineasta español que mejor ha estirado el gag de personajes que rematan diálogos hablando entre dientes sea una ocurrencia más apetecible de lo que reconoceríamos la mayoría.
Viva el cine español...
¡También éste!