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Uruguay Uruguay · Montevideo
Santiago López rating:
9
7.2
9,475
Documentary. Drama Timothy Treadwell's death was as sensational as his life: Having presumed he could live safely among the grizzly bears of the Alaskan wilderness, the outdoorsman and author (Among Grizzlies)--along with his partner, Amie Huguenard--was eventually killed and devoured by one of the very animals to whom he had devoted years of study. In telling this story, Werner Herzog relies considerably on Treadwell's own video footage, shot during his ... [+]
Language of the review:
  • es
November 17, 2012
1 of 2 users found this review helpful
Éste es un documental con muchas "O". Quiero decir, un filme que nos plantea todo bien dispuesto, y asimismo, no podemos dejar de dudar lo que vemos. ¿Todo es real o una farsa? ¿Treadwell fue un quimérico? ¿O un loco? ¿O un visionario? ¿O un artista? ¿O un gran cineasta? ¿O un idiota ignorante?
Aún después de ver ésta excelente cinta, no lo se. Y Herzog tampoco lo sabe. Y lo ma probable es que ni siquiera el propio Treadwell era consciente de lo que fue. Pero los osos si sabian lo que era: su presa circunstancial. Y éste punto es el que Treadwell nunca respetó.
Él quería ser amigo de los osos, pero ellos nunca fueron sus amigos. Él quería acompañar a los osos, pero los osos no querían. Él quería significar algo para ellos, pero los osos nada para él. Porque los osos no entienden lo que es un amigo, una compañía o un significado de algo, al fin y al cabo. Son animales, y como animales, jamás podrían considerar a Treadwell como quería: como un oso más.
¿Ésto lo hacen loco, visionario o ignorante? Tal vez las tres cosas al mismo tiempo. Porque éste documental ni lo crítica ni lo defiende, tan sólo lo muestra en su "hábitat natural", que a la vez, fue su destrucción emocional para/con la civilización humana a la cual le ha tomado furia. Fue un hombre perdido y destruido en medio a la naturaleza, que se refugió en los osos como ciegamente algunos lo hacen con Dios, el arte, el bien, el mal o con lo que sea, fanatizandose. Para ser un poco "menos infeliz".
Que su teoría fue una locura imprudente no hay duda. Que trató de defender lo que más queria, tampoco. Pero no hay que condenarlo por lo primero ni honrarlo por lo segundo. Y eso es lo que Grizzly Man hace: Herzog capta la belleza y el miedo de la naturaleza, y los funde. Y de esa mezcla nace una crónica fracturada, una rara biopic sobre alguien que quiso ser mártir y se vió muy ridículo. Herzog nutre mediante la edición y el trabajo de dirección con su toque narrativo congruente, pero la atención es el hombre de las muchas "O", el genio/estúpido de Timothy Treadwell. ¡Viva esa dualidad mostrada!
Santiago López
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