Bastante más forzada que la primera parte, y con el golpe a Filemón casi como único homenaje a los tebeos de Mortadelo y Filemon. El cambio de Fesser a Bardem se nota a la legua, y aunque te gustara más o menos la primera película había que reconocer que era mucho más cinematográfica que ésta, porque Bardem se limita a contar una historia muy mejorable y a olvidarse del punto excéntrico que había tomado Fesser heredado de películas como P Tinto. No, no es que me queje de que le falte el toque Fesser, me quejo de que habiendo tomado la base y prácticamente todo lo que hicieron en aquella película, el señor Bardem decidiera proporcionarnos una experiencia tan plana y tan vacía de personalidad.

La principal novedad es el nuevo Mortadelo, que si bien parece más consecuencia de una moda me pareció que el personaje estaba mejor escrito y guionizado que el de la primera parte. En general, una de las mayores quejas por mi parte de la primera parte se ve solventada aquí, y es que tenemos hora y media de Mortadelo y Filemón y no de todos los personajes que le rodean como sucedía en la anterior. Aquí no se echan de menos, se echan incluso de más. Pepe Viyuela por su parte ha empeorado como Filemón, y los antagonistas no pueden ser menos carismáticos.

Alguna cosa buena tiene. Hay determinados destellos que hacen gracia, y en general no es esa película tan aberrante que leo en el resto de críticas. Lo que es evidente es que, de haber visto esta historia en un tebeo de Ibáñez, no hubiera sido mi favorita ni de lejos.