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Lombo22 rating:
8
7.8
33,347
Drama
Vinz (Vincent Cassel), who is Jewish, Hubert (Hubert Kounde), who is Black, and Said (Said Taghmaoui), who is Arabic, are young men from the lower rungs of the French economic ladder; they have no jobs, few prospects, and no productive way to spend their time. They hang out and wander the streets as a way of filling their days and are sometimes caught up in frequent skirmishes between the police and other disaffected youth. One day, a ... [+]
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- es
November 12, 2011
43 of 45 users found this review helpful
"Es la historia de un hombre que cae de un edificio de 50 pisos, para tranquilizarse mientras cae al vacío, no para de decirse: hasta ahora todo va bien, hasta ahora todo va bien, hasta ahora todo va bien. Pero lo importante no es la caída, es el aterrizaje". Con esta metáfora cargada de simbolismo y de abrumante genuinidad, comienza un impactante y sobrecogedor relato que mantiene enganchado al espectador durante todo el metraje. Por el realismo de los personajes, por sus soberbias actuaciones, por los magníficos y profundos diálogos, y sobre todo por el reflejo de la población inmigrante en situación de exclusión social que vive inmersa en una espiral de odio y su consecuente violencia.
Filmada en blanco y negro, con planos magistrales y escenas inolvidables, se convierte en una de las películas que más me ha sobrecogido. Junto a Vinz, Saïd y Hubert (nombres que curiosamente corresponden respectivamente a los nombres reales de cada actor) he podido vivenciar toda la opresión, discriminación, rechazo, y, por supuesto, el odio al que se enfrentan en su día a día; este tipo de cine nos ayuda a reflexionar y a entender la importancia que tiene la educación en el respeto y la empatía, entre otros valores que parecen olvidados y que conforman las bases de cualquier sociedad salubre.
Por último, intentando recoger uno de los muchos e importantes mensajes que nos deja esta película, quisiera citar una frase que en su momento me marcó y que considero va en la línea de lo expuesto por Mathieu Kassovitz: "El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro" -Friedrich Nietzsche-.
Filmada en blanco y negro, con planos magistrales y escenas inolvidables, se convierte en una de las películas que más me ha sobrecogido. Junto a Vinz, Saïd y Hubert (nombres que curiosamente corresponden respectivamente a los nombres reales de cada actor) he podido vivenciar toda la opresión, discriminación, rechazo, y, por supuesto, el odio al que se enfrentan en su día a día; este tipo de cine nos ayuda a reflexionar y a entender la importancia que tiene la educación en el respeto y la empatía, entre otros valores que parecen olvidados y que conforman las bases de cualquier sociedad salubre.
Por último, intentando recoger uno de los muchos e importantes mensajes que nos deja esta película, quisiera citar una frase que en su momento me marcó y que considero va en la línea de lo expuesto por Mathieu Kassovitz: "El amor y el odio no son ciegos, sino que están cegados por el fuego que llevan dentro" -Friedrich Nietzsche-.
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
"Esta es la historia de una sociedad que se hunde, mientras se va hundiendo no para de decirse: hasta ahora todo va bien, hasta ahora todo va bien, hasta ahora todo va bien...lo importante no es la caída, sino el aterrizaje". Resulta interesante que el film se inicie y finalice con el mismo relato, sólo que al final el mensaje retórico se hace explícito, a lo largo de toda la historia se nos muestra que nos encontramos en una sociedad decadente, donde las personas alivian sus conciencias con la ingenua indiferencia.
La escena final cierra una historia tan impactante como realista, donde Vinz (el rostro más rebelde y desencantado con la sociedad que le condena y excluye) cede finalmente a las continuos intentos de Hubert (la voz de la razón, y el más maduro de los tres amigos) por salvar y reconducir su vida; acto seguido el destino profesa un duro golpe a la esperanza de Hubert (que es en realidad la nuestra), al recibir Vinz un disparo por parte de un policía que acaba con la vida de éste, odio al que Hubert responde con más odio, asumiendo la realidad que le condena, ya cerca de aterrizar. El rostro de Saïd refleja la efímera ilusión de que todo pueda cambiar por un instante (la misma expresión y deseo que refleja mi corazón en ese momento), de que "todo ahora irá bien", un final sobrecogedor, poético e inolvidable, sin duda.
La escena final cierra una historia tan impactante como realista, donde Vinz (el rostro más rebelde y desencantado con la sociedad que le condena y excluye) cede finalmente a las continuos intentos de Hubert (la voz de la razón, y el más maduro de los tres amigos) por salvar y reconducir su vida; acto seguido el destino profesa un duro golpe a la esperanza de Hubert (que es en realidad la nuestra), al recibir Vinz un disparo por parte de un policía que acaba con la vida de éste, odio al que Hubert responde con más odio, asumiendo la realidad que le condena, ya cerca de aterrizar. El rostro de Saïd refleja la efímera ilusión de que todo pueda cambiar por un instante (la misma expresión y deseo que refleja mi corazón en ese momento), de que "todo ahora irá bien", un final sobrecogedor, poético e inolvidable, sin duda.