Como bien trato de destacar en el título de la película creo que Coppola logra realizar un fresco de la vida de la comunidad italoamericana en los Estados Unidos de principios del siglo XX inigualable, al menos desde el prisma en que está planteado. El trabajo de documentación es genial, profundo, analítico y planteado desde un punto de vista hipotético-deductivo. Una película humana con un guión fantástico en el que los tiempos se entrelazan con maestría confiriendo a la película el aire de obra de arte, obra maestra si se quiere. Los decorados son impresionantes, el trabajo con los personajes es profundo y suscita unas emociones a la altura de la película. He quedado simplemente admirado y bueno, al fin y al cabo he de reconocer que Coppola se aleja mucho del espíritu de Hollywood, lo cual se observa en sus sueños cinematográficos independentistas. Poniéndonos al nivel de nuestra cultura occidental creo que el ciclo de "El Padrino", especialmente su segunda parte, enlazarían a la perfección con las grandes epopeyas literarias como la "Odisea", el "Ulises" de Joyce y, en los últimos tiempos "La mirada de Ulises" de Theo Angelopoulos. Parte del legado cultural más puntero de Occidente, inolvidable.