Fallida superproducción hispanoestadounidense sobre el genocidio armenio financiada por el millonario de dicha nacionalidad Kirk Kerkorian, que no pudo siquiera llegar a verla por fallecer un poco antes.

Su gran problema no es solo su indefinición entre el melodrama romántico y la gran epopeya, sino que a la peli le falta chispa y emoción en ambas facetas, sobre todo en la historia de amor. Y ni tiene tampoco unos grandes diálogos, ni el guión resuelve las situaciones que se plantean sacándoles el partido que a priori ofrecían. Todo resulta, en definitiva, algo plano y gris, pese a la excelente fotografía de Javier Aguirresorabe, especialmente esos grandes y resultones planos abiertos marítimos de lo que se supone que es Estambul.

Y es que en el apartado técnico y el diseño de producción, en donde hay una nutrida presencia española, la cinta es más que notable, y las reḿoras parecen estar más en el guión y la dirección, pese a la maestría mostrada por George en otros filmes, sino en toda la concepción del proyecto. En cuanto al apartado interpretativo, en donde hay algunos hispanos en papeles menores, ni la francesa Charlotte Le Bon convence, ni Cristian Bale está a la altura de otros trabajos suyos. Oscar Isaac es quien mejor cumple del trío protagonista, pero quizá se hubiese requerido un actor de otro tipo si se quería que toda la película descansase sobre sus espaldas.

En definitiva, mucho dinero y pretensiones para unos resultados bastante limitados, pese a un inicio prometedor y ciertos destellos de interés a lo largo del metraje -a causa de la relevancia histórica y dramatismo del tema del genocidio armenio- que hacen difícil ponerle una nota más baja.