Es una buena adaptación de la obra de Agatha Christie, pero a mi juicio no es de las mejores. Lo que sucede es que se adorna tanto de actores de primerísima categoría y de un escenario tan lujoso como el Orient Express que el resultado sube muchos enteros.

Como suele suceder en las novelas de la "reina del suspense" la película también sigue el mismo esquema: presentación cuidadosa de cada uno de los personajes de la trama, asesinato de uno de ellos, sucesivas teorías e interrogatorios para probar que todos podrían ser el culpable y finalmente, la clásica reunión final en la que Poirot desentraña el misterio.

Me quedo sin duda ninguna con los primeros 3 ó 4 minutos de la película. Es ahí donde se cuenta la trama "madre" desde la cual se irán comprendiendo los acontecimientos posteriores. Esa sucesión de imágenes borrosas, neblina y portadas de diarios es inmejorable y la sensación que deja en el espectador es la mejor antesala de la película.

En la parte negativa decir que me desagrada profundamente la actuación de Albert Finney como Poirot. Está excesivo, dramático y exagerado y no representa en absoluto la imagen que tenemos los admiradores de este personaje, perfectamente representado en otras películas por el gran Peter Ustinov.