Quizás necesites que el dolor interno salga a la superficie,
porque cuando ves la prueba de tu sufrimiento
te sientes realmente en el mundo y, a su vez,
ver como se cura la herida te conforta.

Excelente película apuntalada por las magistrales (y valientes) interpretaciones de sus dos actores principales, una Maggie Gyllenhaal que se desnuda emocionalmente y que enfrenta sin miedo ni verguenza la responsabilidad de cargar con las mayores exigencias de la pelicula y eso,en este caso de neblinas y cicatrices, es mucho decir. Y qué decir de un inmenso James Spader que parece haberse especializado en papeles más bien "sórdidos" e incluso retorcidos y que consigue transmitirnos el proceso que de alguna manera lo turba y averguenza también a él.
Lo que en este relato se nos muestra es simplemente una historia de amor entre dos seres heridos, que encuentran en esa dependencia mutua, en esa fidelidad extrema, un afecto y un cariño que nunca antes habían experimentado.
Un punto de partida.
Una pelicula para no perderse.