Después de Take Shelter, Jeff Nichols vuelve al género fantástico y lo hace otra vez de la mano de ése actorazo todopoderoso llamado Michael Shannon.

La película sigue esta ola de revivals ochenteros a lo Stranger Things y nos cuenta la historia de un padre y su hijo con súper-poderes que huyen del gobierno en una suerte de road movie que sigue el mismo esquema que la clásica (y pestilente) Starman.

El guión: sencillo pero con un corazón gigante y repleto de escenas memorables. Con este título, Nichols se consolida como un director-guionista versátil que, toque el género que toque, es capaz de estrujarte la patata y arrancarte unos lagrimones.