La historia de Wilbur y su hermano es horrible, es de esas que si te las cuentan en un programa del corazón te la contarían de una manera totalmente diferente. Pero, quizás ahí está la gracia de la película, que te cuentan una historia fea en su esquema, pero que te la cuentan de una manera dulce y de forma que puedas entender a los personajes y a pensar que a veces, las historias que te parecen feas solo te lo parecen por prejuicios sociológicos.

De todos modos, creo que la película tiene algunas cosas que no me gustan demasiado, como un par de trucos que engañan al espectador, queriéndole mostrar cosas que no son, que ya te imaginas que no van a ser o, algunas conversaciones que te meten un poco el dedo en la llaga y te recuerdan que la historia es fea, aunque la gracia, para mí, es que no lo sea tanto.