Si usted decide ir a ver esta pelicula para después comentárselo a sus amiguetes y quedar de entendido de cine, desde luego usted es un incompetente. Váyase al teatro.
Si quiere echarse unas risas con los ya nombrados amiguetes acuda urgentemente a su videoclub más cercano y confíe en el señor Manquiña, Elejalde, Arguiñano y compañía.
Ahora bien ponerse a discutir sobre la estructura del guión, fotografía, iluminación y demás como si Bajo Ulloa fuera Coppola y Airbag fuese El Padrino es mear fuera de tiesto (perdón miccionar).