Esta película, dirigida por Yoji Yamada, un auténtico veterano del cine japonés, es un remake de « Cuentos de Tokio », una obra de 1953 que figura en casi todas las listas de « las 10 mejores de la historia del cine ». Seguramente la reciente película no resiste la comparación con la de Yasujiro Ozu ; pero, al margen de estas comparaciones, hay que decir que es una obra entrañable, de ritmo reposado, propio del cine de aquel país, pero que está hecha con mucho corazón y sabiduría. Encontramos en « Una familia de Tokio » sentimientos como la culpabilidad, el orgullo, el miedo, el egoísmo, el machismo, la frialdad…, al mismo tiempo que, según qué personajes, la sencillez, la paciencia, la honestidad y el amor. Es decir, como cualquiera de nosotros, aunque seamos de una cultura muy distinta.

La familia es el núcleo temático de una película que apenas tiene argumento ; pero que interesa por todo lo que se cuenta y por cómo se cuenta, ya que nos podría pasar perfectamente. Adaptada a nuestra época, presenta la deshumanización en las grandes ciudades y la falta de comunicación verdadera entre hijos y padres, ya que parece que éstos son un auténtico estorbo para aquellos, porque el concepto de familia ha cambiado socialmente con el ritmo frenético de la Historia.

Película muy relajante, cargada de detalles aparentemente minúsculos pero llenos de significado. Extraordinariamente bella en su propia sencillez, todo depende de que seamos capaces de captar esa belleza con los ojos del alma. De amor a amor.

Lo mejor.- Como he sugerido antes, hay un personaje entrañable que nos llega muy dentro. El hijo mayor está casado ; la hija mediana también ; pero el menor de los tres, el menos querido por el padre, se ha enamorado de una chica que es un encanto de criatura y que sabe demostrar verdadero cariño y amor hacia los padres de su novio. Es, sin duda, el personaje más positivo de toda la película.

Lo peor.- La introducción dura demasiado y podía haberse abreviado.

La secuencia.- La última de la película ; una reflexión sobre la vida de una absoluta serenidad.

Premios.- Espiga de Oro en el Festival de Valladolid 2013 a la mejor película.