Lo más interesante de este cortometraje de Almodóvar es que recupera las mejores esencias de sus inicios, esto es, que se le ve menos preocupado por trascender.

Con esa falta de exigencia, relajado y más libre, consigue hacernos reir en apenas 8 minutos, la verdad, prefiero esto que tener que ver uno de sus más recientes largometrajes, acusan demasiados altibajos.

Excelente Carmen Machi, lo de esta mujer es talento puro para la comedia, nos hace desear que exista el PAP, que, por otro lado, es clara burla al partido de la gaviota.

Otro detalle gracioso, Almodóvar se borra como director y guionista en los títulos finales para entregarselo a personajes de "Los Abrazos Rotos", un ejemplo, Mateo Blanco, que figura como director, es el personaje que interpreta LLuis Homar, hasta la propia Machi era una aparición testimonial en la película.

Una idea inteligente, mitómana en exceso, podría ser un golpe de prepotencia del director manchego, pero justamente es lo contrario, todo gracias a su irreverente sentido del humor, marca de la casa, y a no tomarse demasiado en serio el asunto.