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Spain Spain · A Coruña
BartonKeyes rating:
9
Drama. Comedy John Ford's remake of his 1934 Will Rogers vehicle, JUDGE PRIEST, combines three Irvin S. Cobb stories about the kindly Kentucky magistrate William Priest, played by Charles Winninger. Set in 1905 Kentucky, it focuses on the judge's battle for reelection against Yankee prosecutor Horace K. Maydew (Milburn Stone). Despite the judge's popularity, it's possible that his generosity and sense of justice may cost him the election. First he ... [+]
Language of the review:
  • es
January 21, 2024
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John Ford es el gran cineasta de la emoción, nadie ha sabido como él trasladar con mayor sensibilidad y capacidad de impacto emocional los sentimientos más arraigados en el alma humana. En esta pequeña maravilla lo vuelve a evidenciar, un drama impregnado de melancolía con tintes cómicos no demasiado brillantes basado en una serie de relatos cortos de Irvin S. Cobb, y que el director de origen irlandés consideraba su obra favorita de entre toda su filmografía.

La película es una especie de continuación de "El Juez Priest" (1934), film que el propio Ford ya había dirigido casi veinte años antes con el protagonismo de Will Rogers.

Ford siempre mostró a través de su cine un evidente menosprecio por la intolerancia, la hipocresía y el puritanismo, así como un absoluto cariño por los marginados sociales, los desterrados, los discriminados, las prostitutas o los beodos.

De este modo, en el excepcional retrato que hace del juez Priest (magníficamente interpretado por Charles Winninger) predomina su sentido ético y humanista, manifestando el personaje un palmario desdén hacia los fiscales grandilocuentes, y una mayor inclinación y afecto por ladronzuelos de mala muerte o por gandules inofensivos.

Como siempre en Ford, hay un máximo respeto por valores como la tradición y el folclore, incidiendo además en este caso en la ayuda mutua entre conciudadanos y en la unidad entre diferentes mediante el acatamiento y la consideración a unos principios y a unos símbolos compartidos.

La secuencia del funeral entra por derecho propio en el catálogo de momentos cumbre del cine de su autor, una escena memorable, enormemente conmovedora, desbordante de delicadeza, emotividad y un tacto emocional único e inalcanzable.
BartonKeyes
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