Men in Black (u hombres de negro) es, ante todo, una película agradable de ver siempre porque te cuenta algo de lo más sencillo que además resulta divertido. La trama engancha muy deprisa debido a que desde el comienzo de la historia, el espectador está deseando saber más sobre esa organización secreta y los alienígenas que habitan la Tierra sin que la gente se dé cuenta. Con un tono desenfadado, vemos como un dúo de agentes trata de mantener el orden en el estado de Nueva York ante cualquier bichejo del espacio que quiera hacer de las suyas. La compenetración entre los 2 protagonistas es buena y como resultado tenemos una Buddy movie correcta en la que Will Smith pone el cachondeo y Tommy Lee Jones la seriedad. Después de 26 años, se puede decir que los efectos especiales han envejecido bien. Los extraterrestres no lucen nada mal y en general se ven realistas. El villano está sorprendentemente interpretado por un Vincent D'Onofrio que se adapta de manera ejemplar a un personaje un tanto peculiar por su forma de andar y sus gestos faciales. Creo de todo corazón que Men in Black sabe muy bien a lo que juega, ya que se encuentra en la categoría del mero disfrute y/o divertimento para un público no muy exigente que busque pasar un rato ameno.