Mi crítica comienza simplemente con esta frase: !Que buena película!...
Es lo que se pude decir de este exitazo de taquilla que no me canso de ver y que me sigue provocando las mismas risas que la primera vez que la vi allá por el 2003, que me sigue interesando y emocionando porque no... con la historia de Toula, su familia griega y su novio... no griego.
Se podría decir que lo más remarcable de este film es sin duda el impresionante guión que posee, gran labor fue la de Nia Vardalos la de describir tan cómodamente y con tanta frescura y a la vez autocrítica a los griegos, especialmente aquellos que radican en EE.UU., porque allí es donde reside la gracia de gran pequeño film, en mostrar los hábitos y las diferencias entre los griegos y norteamericanos, todo esto con un romance de por medio que pondrá en contacto a dos familias, a dos mundos distintos.
Fresca, divertida, con gags que dan auténtica gracia, el film siempre se ve con una sonrisa en la cara. Agradable a más no poder, sin nada de escatología ni irrelevancia, todo funciona de maravillas.
Correcta en rubros técnicos, el elenco es excelente también: Nia Vardalos es una maravillosa comediante, John Corbett es correcto y mesurado; y en los veteranos actores se destacan un impresionante e hilarante Michael Constantine y dos graciosas y desatadas Laine Kazan y Andrea Martin.
Una comedia espléndida con grandes momentos, apreciable en casi todo, no es casual el gran éxito de esta en todo el mundo, ya que es una de las comedias más reconfortantes de los últimos años. Muy recomendable.