The Conspirator tenía todos los números para que a mi acompañante femenina se aburriese como una ostra e incluso soñase con los angelitos. Pero ese no fue el caso. La primera vez que miré el reloj había pasado una hora y media y los dos nos sorprendimos.
Si algo ha logrado Redford es contarnos el juicio sobre el asesinato del presidente Lincoln de una manera muy sencilla, clara, bastante detallada y que soprendentemente te absorbe de principio a fin. Se ha dicho que a los que no les interese la historia americana se aburrirán, pues miren no se que decirles. Mi acompañante no es que la historia le apasione a montones pero no se aburrió ni un minuto. La clave creo yo que está en la propia película. Una historia que nos suena, que no es nueva, muy similar a muchas otras, sin interpretaciones estelares pero más que notables y con un ritmo que no decae en ningún minuto, sin altibajos. Un guión que va al grano, sin ser enrevesado, y que según la opinión de uno que no es ni historiador ni conocía del todo lo que en la película se cuenta, creo que es muy fidedigno en cuanto a hechos a los de tal período histórico.
Resumiendo, Redford se marca un muy buen trabajo en la descolorida cartelera de las últimas semanas.