Estamos en un país en el que existen unos individuos a la más mínima en la que ven que lo que se cuenta entronca mínimamente con sus ideas despotrican, faltan al respeto y ponen a parir al país y a sus habitantes. Un ejemplo muy claro de ello lo tenemos en ciertas críticas a esta película, en las que efectivamente directamente creo que se pasan de lo aceptable dentro de una crítica.

Señores, estamos ante una fábula genial, triste, tétrica, como la época en la que comenta, en la que estamos ante el juego de si la niña se evade de la horrible realidad con su fantasía o de si esa fantasía existe de verdad. Una auténtica delicia que recomiendo y que emociona.

Pues bien, como resulta que el malo de la fábula en este caso es un franquista y los buenos unos maquis parece ser que hay quien considera que eso no puede ser y vierten sapos y culebras, claro, porque todos sabemos que los franquistas eran todos bellísimas personas que no había ni uno malo y los maquis eran horribles personas.

Pero lo que es peor ¿es que hay que explicarle a un adulto que en una fábula los personajes son arquetipos? Eso lo entiende cualquier niño a la primera, así que más absurdo suena. Vamos, que para mí que se les ve el plumero y a la legua, y es evidente que hay quien tiene que meter la política y sus ideas en todo cual corsé.

Decir que debemos estar muy contentos de que en España se hagan películas como ésta y que ojalá se hagan más.