La mítica creación de Will Eisner es un personaje a medio camino entre el detective y el superhéroe, por eso del antifaz, enfrentado a pillos, mafiosos, femmes fatales y delincuentes. Una obra más próxima a la novela pulp -tipo La Sombra, Doc Savage- o a los personajes enmascarados de los seriales de la Republic y similares como El jinete escarlata o El llanero Solitario.
Antes de la desastrosa adaptación de Frank Miller, Steven E. Souza -que luego guionizaría Juez Dredd, Street Fighter y autor de Commando, La Jungla de Cristal y Límite 48 horas entre otras- se acercó de una manera completamente respetuosa al personaje, ofreciendo una historia que, aunque enmarcada en los 80, mantenía la esencia del cómic.

Un acertadísimo Sam J. Jones -el Flash Gordon de la película- encarna a The Spirit, con un traje azul eléctrico -tal como aparecía en los comics- con sombrero y corbata. Cuatro años después, "Dick Tracy" copiaría esa estética de cómic antiguo para su vestuario. Los personajes femeninos encarnan a la novia de Spirit y a la femme fatale conocida por P'gell. En los comics siempre acababan mostrándonos sus piernas con liguero ¡y aquí también!. Esas peleas de The Spirit, que acababa con la camisa rota y mostrándonos su musculatura ¡aquí también se reproducen!. El ayudante afroamericano de Spirit, que en los cómics era bastante caricaturesco aquí lo presentan de una forma más adecuada.

Es una magnífica adaptación. Muy naïf, más próxima a la serie sesentera de Batman, con unos decorados que tratan de reproducir las viñetas de Eisner, en especial todo lo relacionado con el cementero de Wellwood.

No tuvo éxito, como no lo tuvieron Dick Tracy, The Phantom, La Sombra, John Carter o El Llanero solitario. Son personajes muy antiguos y anticuados. A nadie les apetece verlos en pantalla, salvo a los muy aficionados.

Pero esta peliculita se disfruta, y más si conoces al personaje.