Curtis -Michael Shannon- se debate entre la visión y una posible esquizofrenia hereditaria. Lo invade una intuición apocalíptica alimentada por los signos siempre a la orden del día que dispensa nuestra civilización alienada y agonizante. Pero tambén la certeza de que su madre padece esquizofrenia, y que él bien puede haberla heredado. El director Jeff Nichols explota muy bien esta ambigüedad. Sus esfuerzos por ponerse a salvo -si tal cosa fuera posible- comprometen su trabajo y el presente inmediato de su familia. Aquí ingresa el personaje de Jessica Chastain, la madre abnegada que afronta con heroísmo el hundimiento de su navío vital. Los tres personajes, padre, madre, hija, adquieren una dimensión arquetípica. Representan, respectivamente, la visión -psicológica y filosófica- de un mundo que se derrumba; el esfuerzo instintivo de sostener la vida a pesar de todo; y una generación -representada por la hijita hipoacúsica- con problemas para adaptarse a la sociedad y el tipo de vida actual.

Todo comienzo contiene la semilla de su propio final, y, como bien se ha dicho, "lo que nace en el tiempo -nuestra civilización por ejemplo- encuentra su final en el tiempo". La muerte es segura, aunque siempre lo soslayemos u olvidemos. Así las cosas, bien vale un consejo simple: "Toma Refugio" ... en tu interior.