Aprovecharé esta película, que ha obtenido alguna crítica favorable, para comentar brevemente otro standard fastidioso de las películas gringas. Para ser sinceros, poco voy a hablar de ella, tan sólo decir que empieza bien y acaba mal.
Vayamos al asunto, ante la apariencia de un producto distinto, nos están vendiendo lo mismo de siempre, lo explicaré con una corta línea del tiempo. Efectivamente, la historia arranca interesante, y mantiene el interés más de media hora, lo que no está nada mal, hasta que... ¡Zas!, llegó el muñequito, tenía que haber gato encerrado, cómo no. En este caso, el muñequito se llama Mr. Boogie, fatalmente traducido como el Señor Malo, y aunque hacen para que se le vea poco, está ahí, y su presencia cambia totalmente las cosas.
Lo que parecía un atrayente relato sobre brutales asesinatos sin resolver, pasa a ser otro burdo cuentecito para adolescentes con el indispensable ingrediente de monstruo malo maloso. Ya saben, desde Freddie Krueger no lo pueden evitar. Este tipo de monstruos sobrenaturales, con cuidado diseño y perfectos para vender millones de máscaras en Halloween, consiguen con su aparición en cualquier producto de terror, convertirlo en lo que ya he dicho, sustitos baratos para chavales. No me interesa.
Pese a todo, se puede ver y soportar, no cae en el tedio y si esto te vale y eres muy aficionado al género, pues ya sabes. Por mi parte, carece de interés.