Por no hablar de como esta cinta es una autometáfora. Esas historias enterradas durante mucho tiempo como minas, esperando a que alguien las pise y exploten en cara de todo el mundo para hacernos ver que no todo es blanco o negro. Y esa explosión de información puede conseguir que hasta los individuos más duros y rígidos se desmoronen, como le ocurre al sargento. Los motivos para ir a la guerra fueron los que definieron a los buenos y a los malos, y no hay ninguna duda de cual era el bando malo en la IIGM. Pero las personas que iban al frente en numerosas ocasiones poco o nada tenían que ver con esos ideales, tal como les ocurre a los jóvenes (niños) que protagonizan esta búsqueda de minas que, al final, no es más que una búsqueda de la libertad y del hogar del que se les alejó por culpa de la guerra.