Admito que por un lado, no soy un gran fan de Guillermo del Toro (de hecho salvo honrosas excepciones, me suele cansar bastante) y que por otro lado la época del filme, tampoco es algo que me motive demasiado.

Pero dicho lo cuál, el filme sigue siendo sólido, tanto como lo fue en su día.

Las partes mágicas destacan tanto en el apartado de efectos (aún hoy día sorprenden) como también por lo interesante que es ver al principal personaje de la cinta (excelente Ivana Baquero) ir superándose a ella misma.

Bien es cierto que las partes menos fantasiosas se resienten (pese a lo notable que está Segi López y a la inesperada violencia del largo en ese aspecto). Por otro lado el filme tampoco se la juega a la hora de narrar la guerra, con lo cuál en este aspecto la sorpresa es mínima.

Pero hay suficientes aciertos. Del Toro acierta tanto en la protagonista, como en los monstruos y criaturas (en especial el fauno y las hadas). Crea un mundo sorprendente y del que uno quiere saber más y lo hace como parábola de la imaginación ante la crudeza de la realidad. Y esa es una metáfora que se puede aplicar en cualquier momento de la historia.

Decente y aseada. Desde luego a años luz de Alatriste con menos presupuesto.