¡Ay, la madre! Hace años que no veía una película tan mala sin que fuese intencionadamente.
“Una rubia muy legal” puede no ser ningún peliculón, y realmente no lo es.
Por tanto, cabía esperar que si se hacía una secuela, no tendríamos mucho que perder. Al ser una cinta humilde, no habría forma posible de estropearla, ¿Verdad?
Ésto no es como lo que pasó con “Batman & Robin”, que se encargó de enterrar el legado cinematográfico de la saga clásica de Batman. ¡ES MUCHÍSIMO PEOR!
Si bien, he ido a comparar esta secuela con una de las películas y secuelas peor consideradas de la historia del cine, tengo que decir que ésta es peor que el film de Joel Schumacher de 1997.
Y si en la primera, el personaje de Reese Witherspoon caía simpática pese a parecer a priori bastante simple, en ésta secuela no nos queda ni eso.
La trama habla de leyes y políticas de Washington D.C, algo que ni me va ni me viene.
¡Para que la gente se queje luego de la política que aportó George Lucas a las precuelas de Star Wars!
Luke Wilson y Bob Newhart están rescatables. Todos los demás me sobran bastante. Creo que hasta Sally Field parece desubicada.

En resumen; muy mala. 1/10.