Tal vez, como en muchos otros casos, es el tipo de película basada en un libro que hay que medir en función de aquel. Admito que sin leer el libro la película puede ser mediocre en cuanto a acción, guión e incluso personajes. Sin embargo, leído el libro y captada la esencia, hay que tener en cuenta que se trata de una película muy psicológica, de necesaria y extremada frialdad. A mí me ha encantado el ritmo visual y las actuaciones (Ender es un mito entre los seguidores de Scott Card) y no era fácil caracterizarlo...es un niño!!!). Puntos flojos, quizás por no liarlo más, la falta de explicación de la influencia del juego (inexistente) en Ender y la resolución un poco confusa y sosa.