Hay una confusión general en torno a “Nación cautiva”, una película que se sitúa dentro del género de la ciencia ficción, pero que pretende desarrollar temas que afectan mucho a los terrestres. Distancia social entre clases, régimen totalitario al que criticar, la lucha por un futuro…son muchas ideas sobre las que reflexionar y poco tiempo para hacerlo.

Si, el planeta Tierra ha vuelto a ser invadido. Hace años que sufre la dominación alienígena, y la película sabe crear la tensión necesaria sin mostrar más de lo debido, incluidos unos extraterrestres que mantienen el control pero que apenas aparecen más allá de la secuencia inicial. Este aspecto viene siendo habitual en películas del género que no lo apuestan todo a la acción, y la historia lo agradece para no centrar el argumento en su presencia.

Pero “Nación cautiva” posee otras ideas más allá de efectos visuales o fuegos de artificio que brillan por su ausencia. Esa lucha de clases representada por una resistencia incansable descansa sobre unos papeles principales a los que les falta profundidad, personajes que representan muchas ideas interesantes que, sin embargo, el argumento no desarrolla con acierto. La película construye un convincente aunque a veces tramposo thriller sin golpes de efecto, y fía su éxito a la esperanza de que su trama social resuelva una ecuación en la que su conclusión tiene una importancia capital y por la que la película trabaja constantemente.

“Nación cautiva” mantiene la atención del espectador en algunos tramos gracias a un trasfondo político y social que ya hemos visto antes, con algunos humanos que se unen al opresor mientras otros luchan por la libertad, y a un thriller acelerado muy condicionado a su giro final.