Sin duda las mejoras que nos ofrecen el avance de las nuevas tecnologías esconden unas oscuras intenciones. La población no está educada a la hora del trato que deben de ofrecer al introducirse en las modernas aplicaciones como instagram, twitter, facebook y otras.
Pensamos que somos una especie de dioses delante de un ordenador en el que tenemos al alcance de un “click” el poder de desprestigiar, vilipendiar o despellejar a cualquiera con el que no estamos de acuerdo con las opiniones que vierten en dichas aplicaciones.
El miedo que la sociedad tiene al control del gobierno con carta blanca para observar y vigilar al ciudadano y adentrarse en su intimidad como víctimas de un “Gran Hermano” es cada vez más notorio.
Un par de detectives, Karin Parker y Blue Coulson junto con la ayuda de Shaun, oficial de la Agencia Nacional del Crimen, investigan unas misteriosas muertes que están ocurriendo a personas que han sido líderes de las mofas en las redes sociales y que han estado recibiendo multitud de mensajes intimidatorios y amenazantes.
Tras arduas investigaciones encontraran que hay fundadas sospechas de la intrusión de un hacker en la red informática de la empresa responsable de los ADI (Insectos Dron Autónomos) y que pondrá en peligro a cualquier persona que haya sido incluida en la campaña de desprestigio en las redes sociales.
El capítulo mantiene la intriga y el suspense hasta su resolución y se ha convertido en uno de mis favoritos de esta serie que opino tiene su mayor calidad en la tercera temporada.