Sorprende que tras años dedicados a otro tipo de cine más palomitero o terrorífico de Del Toro, haya logrado una cinta emotiva y de corte clásico. Quizás al ver que sus compatriotas mexicanos Iñarritu y Cuarón obtuvieron el oscar, se quiso sumar a la carrera de los oscar y parece que lo ha conseguido. Es cierto que la cinta tiene muchísimas virtudes pese a considerarla más una montaña rusa en el ritmo y desarrollo. La película crece a partir de la segunda hora, donde la pareja protagonista está más en pantalla y donde las emociones florecen a flor de piel. Aunque los personajes no estén mal y formen parte del desarrollo, creo que Stuhlbarg y Spencer están algo desaprovechados sirviendo más como eje del principio que como parte coral de la trama principal que es donde sí brillan como secundarios Richard Jenkins y el monstruo Michael Shannon que vuelve a demostrar lo gran actor que es como antagonista. Del Toro mima los personajes, acompañados de una preciosa fotografía y banda sonora aparte de una puesta en escena asombrosa. Una lástima que la película al final resulte más un refrito de La bella y la bestia, la cosa del pantano, E.T y Liberad a Willy, estas dos últimas en modo romántico y con lenguaje corporal que es lo que le da la originalidad a la cinta, que una película arriesgada y desgarradora como esperaba. Está bien llevada pero no es de mis favoritas para los oscar aunque a dirección es probable que gane y en otros aspectos técnicos. Del Toro logra una bella, delicada y poética historia de amor fantástica aunque le falten más minutos juntos a la pareja protagonista y le sobre más politiqueo.