Dark City es una buena película, pero da algo de rabia, porque podría haber sido mucho mejor. El argumento es enrevesado y bien pensado, y la verdad es que en todo momento se agradece, al menos en mi opinión no decae en el transcurso de la película. Los personajes tienen unos ciertos altibajos, es cierto que al final la historia se antoja demasiado maniqueista, y no son excesivamente interesantes ellos en general: malos malísimos, un protagonista confundido sin demasiado carisma, un poli muy noir con voz cascada, un doctor aliado con el enemigo contra su voluntad, una mujer atractiva en apuros, un ex-policía psicótico que sabe toda la verdad... no es que estén mal, pero lo cierto es que salvo el último mencionado, el resto podrían haber sido mejores.

Pero lo cierto es que mientras uno ve la película, ni siquiera se da cuenta de estos detalles, porque el argumento es tan absorbente, tan creativo, tan genial... además, ayudado por una estética entre el expresionismo, el futurismo y el cine negro. La dirección videoclipera del señor Proyas no me acaba de satisfacer, todo sea dicho, a veces esa cámara marea un poco la perdiz, pero en general está muy bien construido en sus escenas de acción. Lo que más me falla es ese final, la película mantiene cierto ritmo hasta las últimas escenas de efectos especiales en cantidades industriales, resulta un tanto excesivo, vale que se quería un final apoteósico, pero resulta un cambio de registro demasiado radical para mi gusto, además de que los combates a base de poderes telekinéticos visualmente no es que tengan mucho atractivo, yo prefiero las artes marciales y los disparos de Matrix, aunque esta última sea casi un plagio de Dark City.