Una comedia con muchos tintes "itálicos". Estamos frente a la típica comedia romántica adaptada por supuesto a una época contemporánea, en la que el clásico galán italiano deja pasa a un hombre confundido entre su realidad y su entorno familiar. Las situaciones cómicas que van surgiendo, aligeran mucho la trama y la hacen amena, entretenida y muy graciosa. Pero Tengo algo que deciros no sólo se nutre de la historia principal, sino que su fuerte también se apoya en el resto de historias que rodean dicha trama: amores pasados que dejaron huellas, incertidumbres que carcomen la mente, situaciones que les llevan a no aguantar más y estallar en la peor de las guerras internas. Los personajes son cómicos y entrañables, pero lo más importante es que acaban consiguiendo despertar algún tipo de sentimiento en el espectador, ya sea una ápice de adoración o la peor de las aversiones. Lo que es triste es que en los tiempos que corren la frase de "tengo algo que deciros" siga siendo un recurso "necesario", cuando en realidad es algo que deberíamos tener todos más que asumido: la diferencia nos hace brillar, y nada ni nadie debería escandalizarse por ello o ¿acaso un heterosexual tiene que comunicar a sus amigos y familiares sus preferencias sexuales?...
Aparte de toda disidencia personal, la película, repito, me ha parecido muy entretenida, divertida y hasta con puntos muy empcionantes, y si algo he de destacar es el personaje de la nonna y la música, que le da un punto más interesante.