Tiene un comienzo potentísimo. Quince minutos hipnóticos que rememoran al mejor "Sin perdón" o "Infierno de cobardes" Luego decae bastante el ritmo, sostenido eso sí, por dos actuaciones de lujo. Especialmente con el sheriff Ed Harris, como ese enamoradizo pistolero. Al final vuelve a arrancar con otros 15 minutos finales muy buenos. Lo peor para mí, que me encanta el género, está en que a ratos se convierta en un drama romántico. Innecesario, forzado y poco creíble que aparezca Renée Zellweger y todos pierdan la cabeza por ella, Normalmente el western tiene romances, pero nunca con tanta importancia como en este. Su personaje juega un papel importante, demasiado para que acabe de conocer al Sheriff y este ande trastornado por ella. Tampoco viene a cuento la escena de 10 minutos con la partida de indios, sino es como simple relleno.
Debería haber ahondado más en la peculiar relación entre ambos, espalda contra espalda 15 años impartiendo justicia, y demasiadas vueltas para el enfrentamiento final contra el terrateniente criminal de turno.

No pasará a la historia del western y queda muy lejos de los clásicos, pero se agradece que de cuando en cuando los aficionados podamos gozar de películas del género.