Baby es un joven huérfano y avezado conductor de coches que se ve obligado a trabajar como chófer para un organizador sin escrúpulos de robos en bancos, y a aceptar como compañeros a unos criminales.

A mi juicio estamos ante una sobresaliente película que combina con maestría un gran número de géneros (acción, negro, romántico, intriga y drama), con la música y el volante como elemento vertebrador de todos ellos. El protagonista responde al clásico perfil de héroe adolescente y la
película logra cautivar a un público adulto incluso exigente desde el punto de vista cinematográfico y disgustar a otro público que no tolera determinados ingredientes en el guiso.

Se le reprochan a la película la típica acentuación de la personalidad del héroe, sus excentricidades y destrezas, las maniobras imposibles, la efectista sincronización de música y acción, la irreal sincronización de música y tiros, la introducción de un romance clásico de superhéroe "chica no sabe a lo que se dedica chico", etc. Todo ello elementos deliberadamente tomados del cómic para hacer una película más entretenida.

Desde el punto de vista moral podría reprochársele un planteamiento "situacionista" que busca eximir a Baby de responsabilidad en su participación en crímenes pero el papel del padrastro representando la conciencia es oportunísimo para recordar a que los malos actos actos malos son y que el dinero ganado por Baby es sucio. En este mismo sentido el final de la película es correcto, original y realista; satisfará a los amantes de la Justicia y de las películas románticas.