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antonalva rating:
7
Documentary In January 2013, Laura Poitras started receiving anonymous encrypted e-mails from "Citizenfour," who claimed to have evidence of illegal covert surveillance programs run by the NSA in collaboration with other intelligence agencies worldwide. Five months later, she and reporters Glenn Greenwald and Ewen MacAskill flew to Hong Kong for the first of many meetings with the man who turned out to be Edward Snowden. She brought her camera with ... [+]
Language of the review:
  • es
April 3, 2015
40 of 45 users found this review helpful
Pocas personas más interesantes que el joven norteamericano Edward Snowden, anónimo consultor de una empresa al servicio de la maquinaria de espionaje masivo e indiscriminado que los EEUU han ido construyendo, ampliando, sofisticando e implantando desde el fatídico 11 de septiembre. Siempre hay dos o más caras de un problema. Si queremos seguridad, algo nos habrá de costar, de lo que se trata es de conocer su coste, las implicaciones, el alcance y los pormenores y – al menos en una sociedad democrática – decidir si queremos o no vivir seguros y qué precio estamos dispuestos a asumir, pero lo que no vale es que tomen las decisiones por nosotros, nos oculten los detalles y mientan descaradamente, amparándose en la seguridad nacional o en supuestos altos intereses de Estado. La mentira es siempre mala compañera.

Lo apasionante de este documental es que fue rodado durante el año 2013, cuando estalló todo el escándalo del entramado de espionaje que se estaba urdiendo desde los EEUU. Asistimos a la reconstrucción de unas semanas decisivas en el devenir cívico de la historia reciente, cuando un ciudadano insignificante da la señal de alarma y denuncia unas prácticas que no por sospechadas por todos, dejan de tener su gravedad y muestran que también en las democracias se pueden adoptar métodos totalitarios de control y vigilancia nada ortodoxos y en total contradicción con las principios constitucionales de la nación que los ha pergeñado. Abolir el secreto de las comunicaciones privadas, asumir que todos somos potenciales peligros es una aberración conceptual, ética y política. Un descarrilamiento de toda sensatez.

Viene muy bien que nos señalen, publiciten y recuerden el mal funcionamiento, las corruptelas, las perversiones, las incongruencias y las equivocaciones de los sistemas democráticos, porque sólo a través de la denuncia sistemática y la crítica rigurosa es posible enmendar los errores. En eso se diferencian de las dictaduras, donde la disidencia es imposible o suicida. Bienvenido sea que haya personas honestas que – sin buscar una ventaja económica o social – se atreven a exponer las malas prácticas de las naciones libres. Sólo así habrá posibilidad de mejora, rectificación y reparación.

Dicho esto y por laureado que haya sido este documental, sorprende que con un material tan sugestivo, tan inmediato y tan pertinente, se haya elaborado una cinta que bordea el aburrimiento, por lo discursivo y la falta de tensión en el montaje de los acontecimientos y por dar por supuesto un contexto que dentro de unos años será preciso explicar o explicitar fuera del metraje. Agridulce balance para tan necesario proyecto.
antonalva
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