Cuando te enfrentas a una película de este tipo, donde las sorpresas sabes que van a ser pocas o ninguna, cuyo propósito va a ser únicamente el de entretener, pues cumple perfectamente las expectativas e incluso las supera.
Las cumple porque la sucesión de situaciones trepidantes se desarrolla con un ritmo sostenido que hace que su visionado aporte una experiencia lúdica e interesante.
Bayona enriquece además la experiencia con varios toques de buen cineasta que recuerdan a los grandes clásicos y que da algo más que entretenimiento a un producto que no pretende nada más. Todo funciona con la soltura y supera las expectativas de un espectador, lo confieso, que no esperaba demasiado de ella.

En su contra: los buenos muy buenos y muy nobles, los malos, muy malos, sin escrúpulos, sin dobleces, malos de libro, pero bueno, se disculpa ya que el conjunto funciona con aceptable soltura.