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8
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Sci-Fi. Fantasy. Action
The ultimate X-Men ensemble fights a war for the survival of the species across two time periods in X-Men: Days of Future Past. The characters from the original X-Men film trilogy join forces with their younger selves from X-Men: First Class in an epic battle that must change the past - to save our future.
Language of the review:
- es
June 6, 2014
5 of 5 users found this review helpful
Para Bryan Singer no tuvo que ser fácil observar desde la distancia como manos ajenas, pretendían dar al traste con el proyecto que erigió con tanto esfuerzo y cariño en las dos primeras entregas de la saga mutante. Una primera parte introductoria al universo de Lobezno y compañía, y una secuela ejemplar, que sabían mezclar la madurez de un narrador altamente capacitado para los relatos corales y el entretenimiento propio de un género que comenzaba a reinventarse gracias a Sam Raimi y al mismo Singer. Sin embargo, todo ese trabajo desapareció al mismo tiempo que el director de "Sospechosos Habituales" cedía su puesto tras las cámaras a otros realizadores. Como consecuencia de ello, "X-Men 3: La decisión final" supuso un descalabro a nivel narrativo y dramático dentro del contexto de la trilogía; el spin-off acerca del mutante de largas garras, "X-Men Orígenes: Lobezno" resulto una desmesurada tomadura de pelo, desperdiciando algunos personajes más que interesantes salidos directamente de las páginas del cómic; y todo ello, dejando en el ambiente la sensación de que se echaba a perder el buen camino trazado por un realizador que veía desde la distancia de otra posible franquicia, que también fracasaría, como se derrumbaba su pequeño vástago. Eso cambió cuando, ante la necesidad de plantar cara al creciente éxito de Marvel en su incursión en el universo de Los Vengadores, 20th Century Fox decidió lavar la cara y reinventar a Xavier y compañía empleando para ello a Matthew Vaughn en un reboot en toda regla como fue "X-Men: Primera Generación", un ejercicio de entretenimiento donde los duelos interpretativos y la tensión dramática de un excelente libreto, devolvieron las esperanzas a muchos de los seguidores de la Patrulla X. La secuela centrada en Lobezno, elevaba a su vez la calidad de su predecesora y ofrecía un suculento bocado en forma de cliffhanger muy al gusto del universo cinematográfico de Marvel.
Con todo ese recorrido a sus espaldas, Bryan Singer decidió dejar de buscarse las castañas en otros territorios y volvió a tomar las riendas de los personajes a los que vió nacer en la gran pantalla, y por fin, tras una larga espera nos llega "X-Men: Días del futuro pasado". Estamos ante una cinta que busca, de manera descarada, conseguir enfrentarse en taquilla a Joss Whedon y todo su universo de Vengadores, y eso se nota en varias decisiones acertadas, y algunas pocas que desmerecen el resultado final de lo que, a todas luces es una excelente película de entretenimiento con un guión de los que no toman por idiota al espectador, buscando siempre ofrecer un poco más que el mero espectáculo visual. Singer vuelve con cariño a los personajes que por méritos propios, pueblan el recuerdo de sus seguidores, pero sabedor del potencial del microcosmos que estalló en manos de Vaughn, explota a la nueva generación de mutantes con acrobacias del guión más que convincentes. Sin duda, uno de los grandes aciertos de la cinta, pues consigue situar al espectador entre el carisma desbordante de Lobezno, la admiración que provoca reencontrarse con Patrick Stewart e Ian McKellen, y el despliegue de talento que supone los duelos entre Fassbender y McAvoy con la espectacular Jennifer Lawrence entre medias. Un cocktail de personajes carismáticos que se completa de manera soberbia con nuevas incorporaciones como las de Peter Dinklage o el genial Evan Peters, que con su aportación como Quicksilver, se congracia con el público desde su primera aparición.
Todo esto, a través de una historia que vuelve a jugar con esa bastarda concepción de la historia reciente que ya se asomaba a la crisis de los misiles de Cuba, y ahora nos acerca al conflicto de Vietnam, a la vez que juega con la siempre jugosa idea del viaje en el tiempo y sus consecuencias en el futuro, trenzando una trama donde la tensión y la acción se sitúan en un segundo plano, siendo dominadas en todo momento por el conflicto dramático de sus personajes, alejando a la película del simple vehículo para el lucimiento de las escenas de acción. Singer bucea en los entresijos emocionales de unos personajes interpretados de manera tan notable, que resulta realmente complicado no empatizar con una historia narrada con gran maestría.
(Continua en Spoiler por falta de espacio)
Con todo ese recorrido a sus espaldas, Bryan Singer decidió dejar de buscarse las castañas en otros territorios y volvió a tomar las riendas de los personajes a los que vió nacer en la gran pantalla, y por fin, tras una larga espera nos llega "X-Men: Días del futuro pasado". Estamos ante una cinta que busca, de manera descarada, conseguir enfrentarse en taquilla a Joss Whedon y todo su universo de Vengadores, y eso se nota en varias decisiones acertadas, y algunas pocas que desmerecen el resultado final de lo que, a todas luces es una excelente película de entretenimiento con un guión de los que no toman por idiota al espectador, buscando siempre ofrecer un poco más que el mero espectáculo visual. Singer vuelve con cariño a los personajes que por méritos propios, pueblan el recuerdo de sus seguidores, pero sabedor del potencial del microcosmos que estalló en manos de Vaughn, explota a la nueva generación de mutantes con acrobacias del guión más que convincentes. Sin duda, uno de los grandes aciertos de la cinta, pues consigue situar al espectador entre el carisma desbordante de Lobezno, la admiración que provoca reencontrarse con Patrick Stewart e Ian McKellen, y el despliegue de talento que supone los duelos entre Fassbender y McAvoy con la espectacular Jennifer Lawrence entre medias. Un cocktail de personajes carismáticos que se completa de manera soberbia con nuevas incorporaciones como las de Peter Dinklage o el genial Evan Peters, que con su aportación como Quicksilver, se congracia con el público desde su primera aparición.
Todo esto, a través de una historia que vuelve a jugar con esa bastarda concepción de la historia reciente que ya se asomaba a la crisis de los misiles de Cuba, y ahora nos acerca al conflicto de Vietnam, a la vez que juega con la siempre jugosa idea del viaje en el tiempo y sus consecuencias en el futuro, trenzando una trama donde la tensión y la acción se sitúan en un segundo plano, siendo dominadas en todo momento por el conflicto dramático de sus personajes, alejando a la película del simple vehículo para el lucimiento de las escenas de acción. Singer bucea en los entresijos emocionales de unos personajes interpretados de manera tan notable, que resulta realmente complicado no empatizar con una historia narrada con gran maestría.
(Continua en Spoiler por falta de espacio)
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Spoiler:
Así que, si todo es tan bueno, ¿qué sucede para no encontranos ante una obra maestra del género?. Lo que sucede tiene nombre propio: Los Vengadores. El peso de la franquicia que ha creado Marvel de la mano de Disney le pesa a Singer y a 20th Century Fox más de lo que quieren reconocer. Por ello, se han tomado algunas decisiones que han alejado a la cinta de un resultado sobresaliente. Porque no se entiende la incursión de un personaje tan marcadamente cómico como el de Evan Peters, para no aprovecharlo al 100%; porque la cinta se encuentra más cómoda en el lado dramático que en el de la acción desmesurada, y por ello las escenas de acción no resultan tan impactantes como los cara a cara de sus protagonistas; y porque aún existe una diferencia entre Los Vengadores y sus primos rivales Spider-Man y X-Men en sus adaptaciones cinematográficas, y es la dificultad de estas dos últimas franquicias para redondear sus propuestas con un último tramo del metraje tan espectacular como el conseguido por Whedon en "Los Vengadores", y que también se hacía notar en "Iron Man 3" o "Capitán América: El soldado de invierno". Me refiero, a la capacidad de preparar la cinta para un último acto devastador que consiga el éxtasis del respetable. Eso, en "X-Men: Días del futuro pasado" no llega a pasar, pues como se ha dicho, el espectáculo no consigue ir de la mano del arco dramático de la narración, de manera que cuando uno alcanza su punto más fuerte, al otro aún le queda un tramo por recorrer.
Pero aún con esas, lo que está claro es que Singer ha conseguido volver a situar a sus mutantes sobre el universo cinematográfico, con el respeto que siempre ha sentido hacia las viñetas, y con una película que junto a "X-Men: Primera Generación", se convierte en lo mejor de una saga llamada a grandes logros en futuras entregas. Porque muchas veces, para conseguir un futuro próspero, sólo hacen falta algunos retoques de los defectos del pasado...
Pero aún con esas, lo que está claro es que Singer ha conseguido volver a situar a sus mutantes sobre el universo cinematográfico, con el respeto que siempre ha sentido hacia las viñetas, y con una película que junto a "X-Men: Primera Generación", se convierte en lo mejor de una saga llamada a grandes logros en futuras entregas. Porque muchas veces, para conseguir un futuro próspero, sólo hacen falta algunos retoques de los defectos del pasado...