Particularmente tengo una especial admiración por Kevin Spacey, cuyo talento se remarca en esta no tan renombrada película. Su historia atractiva y sencilla lleva consigo una profunda problemática: la fuerte credibilidad de un paciente psiquiátrico. Lo soprendente y prácticamente nulo en la realidad: un psiquiatra que a pesar de su estricta formación logra en algun momento vacilar y aunque sea preguntarse "¿qué esta pasando?" en vez de caer en el facilismo del "está loco y punto". Las pruebas de que Prot no es un simple caso, la duda a lo largo de la película de si es cierto o no lo que se cuestiona, y el misterio que queda en gran margen a la interpretación del espectador. Absolutamente Recomendable.