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Maldito Bastardo rating:
6
6.9
4,321
Animation. Adventure. Kids
In a little village somewhere in Africa, a boy named Kirikou is born. But he's not a normal boy, because he knows what he wants very well. Also he already can speak and walk. His mother tells him how an evil sorceress has dried up their spring and devoured all males of the village except of one. Hence little Kirikou decides, he will accompany the last warrior to the sorceress. Due to his intrepidity he may be the last hope of the village. [+]
Language of the review:
- es
April 11, 2007
44 of 77 users found this review helpful
Los niños no suelen fijarse en esos pequeños detalles que desprenden muchos cuentos: si Alicia se metía chutes de absenta en vena para traspasar la barrera que le separaba del País de las Maravillas o si Blancanieves era una explotadora de enanitos creando la primera PYME no legalizada del cuento infantil.
“Kirikú y la bruja” debe ser un cuento bueno porque tiene mucho que rascar.
Para empezar comienza con el primer parto indoloro y natural de la historia de los cuentos, que supone el nacimiento del niño más preguntón y con más salidas, con permiso del irrepetible Petete y su libro gordo para liarse unos buenos porros, que nos ha deparado la animación infantil. Mención especial para el creíble vestuario de una tribu africana: los niños en bolas y las damas enseñando sus pechos firmes o caídos dependiendo de la edad.
Y alguno dirá que es una película para niños. ¡No! ¡Nunca! ¡Jamás! “Kirikú y la bruja” contiene momentos dignos de análisis que merece la pena rescatar:
“Kirikú y la bruja” debe ser un cuento bueno porque tiene mucho que rascar.
Para empezar comienza con el primer parto indoloro y natural de la historia de los cuentos, que supone el nacimiento del niño más preguntón y con más salidas, con permiso del irrepetible Petete y su libro gordo para liarse unos buenos porros, que nos ha deparado la animación infantil. Mención especial para el creíble vestuario de una tribu africana: los niños en bolas y las damas enseñando sus pechos firmes o caídos dependiendo de la edad.
Y alguno dirá que es una película para niños. ¡No! ¡Nunca! ¡Jamás! “Kirikú y la bruja” contiene momentos dignos de análisis que merece la pena rescatar:
SPOILER ALERT: The rest of this review may contain important storyline details.
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Spoiler:
• La bruja y la ‘clavada’ de la espina. Momento irrepetible que rememora una violación ‘diabólica’. A la bruja unos hombres le clavaron la ‘espina’: “Ella supo lo que era ese sufrimiento atroz cuando unos hombres la sujetaron mientras otro le clavaba la espina”.
Y la verdad se la clavaron la mar de bien porque no hay dios que se la quite. Aparte de ese odio que arrastra desde ese momento por los hombres y que hace que los convierta en meros objetos para perpetrar su venganza. Incluso ha conseguido que circule el rumor que los devora… y se come todo.
• El mejor momento de la cinta es una de las secuencias finales siguiendo la tradición de los cuentos infantiles. Kirikú libera a la bruja Karabá de su clavada de espina y le pide el matrimonio. No sé porqué se levantó tanta polémica con “Reencarnación” (2004) y el famoso baño si aquí hay hasta un beso en la boca con un menor en un momento profeminista (no quiero matrimonio que me pones a fregar).
Lo mejor es la mirada perdida de la bruja observando cómo 2 cms. se han convertido en 22 por arte de ‘magia’. Pero el diálogo posterior con abrazo incluido y refriega de cebolleta es aún insuperable:
- La gente del poblado no se lo creerá. [¿La transformación de Kirikú en Mandingo?]
- No vayamos enseguida al poblado. [¿Por qué? ¿Qué quieren hacer?]
- NO, que bien se está… [Sin comentarios]
En fin, que aparte de mensajes como el poder de la información gracias al aislamiento de la población, el miedo para controlar a las masas y la inoperancia de los eruditos que no hacen nada hasta que el problema está resuelto, “Kirikú y la bruja” supone una de las escasas películas infantiles realizadas en la actualidad a tener en cuenta, con o sin clavada de espina.
Y la verdad se la clavaron la mar de bien porque no hay dios que se la quite. Aparte de ese odio que arrastra desde ese momento por los hombres y que hace que los convierta en meros objetos para perpetrar su venganza. Incluso ha conseguido que circule el rumor que los devora… y se come todo.
• El mejor momento de la cinta es una de las secuencias finales siguiendo la tradición de los cuentos infantiles. Kirikú libera a la bruja Karabá de su clavada de espina y le pide el matrimonio. No sé porqué se levantó tanta polémica con “Reencarnación” (2004) y el famoso baño si aquí hay hasta un beso en la boca con un menor en un momento profeminista (no quiero matrimonio que me pones a fregar).
Lo mejor es la mirada perdida de la bruja observando cómo 2 cms. se han convertido en 22 por arte de ‘magia’. Pero el diálogo posterior con abrazo incluido y refriega de cebolleta es aún insuperable:
- La gente del poblado no se lo creerá. [¿La transformación de Kirikú en Mandingo?]
- No vayamos enseguida al poblado. [¿Por qué? ¿Qué quieren hacer?]
- NO, que bien se está… [Sin comentarios]
En fin, que aparte de mensajes como el poder de la información gracias al aislamiento de la población, el miedo para controlar a las masas y la inoperancia de los eruditos que no hacen nada hasta que el problema está resuelto, “Kirikú y la bruja” supone una de las escasas películas infantiles realizadas en la actualidad a tener en cuenta, con o sin clavada de espina.