Sí, ya lo sé, los Take That! eran cinco y estos son cuatro. Aunque han dado plantón a Robbie Williams y está enormemente cabreado y de muy mala hostia. Ha prometido vengarse de estos cuatro niñatos pijos metiéndoles uno a uno por el recto todos los discos de oro que consiguieron utilizando sus “malas artes”.
Tampoco la academia Spenser es precisamente Hogwarts, aunque por llover, tormentas y ambiente chungo que no quede. Nueva Inglaterra no es sinónimo de sequía y buen rollito para que nos entendamos.

No hay que tomarla en serio desde que se aparecen unos títulos de crédito como los de “Embrujadas” pero sin tías buenas y un mix del “More human than human” de White Zombie de fondo. Y sobre todo sabiendo que es una película de Renny Harlin, cuyo currículum es prácticamente desolador.

Así que “La alianza del mal” se me antoja como un cruce imperfecto de “Harry Potter”, “X-Men”, “Jóvenes y brujas” y algo de la niebla y el acantilado en su arranque de “Jóvenes ocultos”. Un artefacto de no-terror, emociones superficiales y efectos especiales “molones” para reclutar a jóvenes incautos en taquilla que se dejen guiar por un trailer ya que el cartel es bastante cutre.
Los refritos suelen dejar mal sabor de boca y más si se utiliza un aceite de tan mala calidad respaldado por inexisten guión y diálogos que producen vergüenza del tipo “¡Harry Potter, chúpate esa!” – traducción lamentable (y habitual) de “Harry Potter can kiss my ass.”

Si alguien espera una película de terror puede ir haciéndose a la idea que “La alianza del mal” está más cerca de “Dragon Ball Z” que de cualquier atrocidad del género de terror actual.
Aunque resulta extremadamente idiota y ha sido una de las diez películas del 2006 con peores críticas en EEUU creo que las hay bastante peores.