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United States United States · Raccoon City
Maldito Bastardo rating:
7
Drama Ruminations on the life of Bob Dylan, where seven characters embody a different aspect of the musician's life and work.
Language of the review:
  • es
July 25, 2010
14 of 17 users found this review helpful
Todd Haynes no lo iba a poner tan fácil: entre la sobredosis de películas y la resurrección de los ‘no-muertos’, en su vida y obra biográfica y musical, “I'm Not There” se erige como algo completamente nuevo. «La película no está concebida como una relación exacta de los acontecimientos de la vida de Dylan, no es una lista de sus infidelidades o de las drogas que tomó. Dicho esto, en la película aparecen todo este tipo de cosas, sus indulgencias, excesos, agresiones, opiniones polémicas, etc. Pero por suerte, su agencia de management nos animó en todo momento a dar nuestra visión del asunto, algo que no ha dejado de sorprenderme y es algo a lo que la película debe su franqueza y su complejidad».


Aporta respecto al resto de la moda del biopic un exceso de aventura en afrontarlo tal y como se planea, pero pierde la batalla en el resquicio y aparente punto flaco de la competencia: no emociona como en esos vestigios pretendidos y prendidos de superación, camino al Oscar.
Tal vez me siga quedando con “No Direction Home” pero los méritos del filme de Todd Haynes son tan amplios que se convierte en una película que continuará caminando pasado los años.
Como si Bob Dylan fuese un santo y esta su hagiografía el cruce de múltiples versiones de sí mismo y de la América que vivió su ebullición en las décadas de los setenta y sesenta. Como si fuese la mismísima Tabla de la Pasión en cada una de las escenas con actores y vidas diferentes del icono, con juego de espejos brillantes y resplandecientes donde todos son uno—como una clara transformación de un artista.

“I'm Not There” es un viaje caótico y aventurero de seres cambiantes con el tiempo donde el poeta encuentra a la estrella del rock, y el cristiano al profeta. De niño superdotado al cantautor protesta que se aleja de todo. Y hasta llegar al actor pasando por ese aficionado a las motos y a las raíces de la música americana.
Con una única confirmación: Dylan no es Dios pero debe de ser pariente suyo por regalarnos joyas indestructibles como “Like a Rolling Stone” , “Tangled Up in Blue” o ese “Memphis Blues Again” al timón de los títulos de crédito.
Maldito Bastardo
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